Nación

¡Con las Madres no!

*Por Hugo Delgado


La ofensiva mediática opositora, en su intento por desgastar de alguna manera la firme marcha del gobierno hacia una victoria electoral en octubre no duda en desprestigiar a las Madres, por un hecho que, de existir, solo atañería a Sergio Shoklender, apoderado de la fundación. Una muestra más que la canallada puede no tener límites.

Como reflejo inmediato desde la sociedad se lanzó una campaña de abrazo a las Madres ante el ataque de lo peor de la sociedad. Lanata se hermano con Clarín y con Duhalde, que intentó dividir reivindicando a las Madres Línea Fundadora, las que lo repudiaron.

Así las cosas algunos miles de almas se hicieron presentes en la plaza. Las Madres estaban como cada jueves desde hace treinta y cuatro años, tranquilas, con la serenidad que da la consecuencia. “Acá estamos defendiendo a más que Las Madres. Estamos defendiendo el proyecto nacional y popular. Las Madres somos solo un pedacito pero lo defendemos con el cuerpo” diría luego Hebe en su discurso.

Allí estaban acompañándolas desde Martín Sabbatella hasta Sandra Ruso; desde Julio Piumato hasta Juan Manuel Abal Medina pasando por Luis D'Elía todos ellos acompañados por miles de ciudadanos que solo se acercaron a decirles gracias, en silencio, gracias por estar (y por haber estado) estamos con ustedes.

Muchos de los cuadros intermedios del gobierno también estaban allí, de esos que no suelen ser muy mencionados en las crónicas, pero que toman decisiones todos los días, mezclados entre todo tipo de gente.
Gente que reía; lloraba; cantaba, porque ese himno hecho carne ponía la piel de gallina "Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza".

Y allí, como siempre estaban ellas, firmes en su convicción moldeada con mil golpes de la vida, pero con la alegría de estar caminado y Hebe que decía “hoy hay muchos que están acá vorazmente para ver que carajo va a decir la Hebe. Y la Hebe lo único que quiere es que este país sea lo que querían nuestros hijos, y nuestros hijos dieron la vida y hay demasiada sangre para perder el tiempo en pelotudeces.”

Y se fue la tarde. La gente caminaba, algunos felices de compartir este momento con ellas, otros indignados por tanta cobardía, los más intentando entender. Porque hay que tener... o mejor dicho, hay que carecer de muchas cosas para meterse con las viejas.

Mientras lentamente desconcentrábamos un hombre con un cartel hecho a mano resumía la jornada.

¡Con las Madres NO!

Discurso de Hebe de Bonafini


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