Nación

“El Gobierno está dando oportunidades a los jóvenes”

El Subsecretario de Agricultura Familiar de la Nación Guillermo Martíni se refirió al rol del Estado en el marco del desarrollo de un proyecto de explotación agraria acorde al modelo de país en curso y explicó algunos de los mecanismos de apoyo al mismo.

¿Cómo es esto de CANPo que no es el campo al que estamos acostumbrados a escuchar en los grandes medios?
CANPo es Corriente Agraria Nacional y Popular y somos profesionales, técnicos, productores, vinculados al sector rural que pensamos en un modelo de desarrollo rural nacional mucho más equilibrado, que no esté basado exclusivamente en el criterio de obtener la renta como principal objetivo y a cualquier costo, sino que sea trabajar, producir alimentos, garantizar la seguridad alimentaria y fomentar el desarrollo rural vinculado a un modelo de desarrollo nacional. En eso estamos postulando una serie de propuestas vinculadas a la pequeña producción y a los pequeños que nunca tuvieron apoyo desde las políticas del estado nacional.
Pensamos en otro tipo de producción sustentable, que preserve el recurso suelo como un bien no renovable y de función social.
Pensar en esto es relativamente sencillo, lo difícil es implementarlo en un país donde el grueso de la población tiene asociado al campo con la producción de trigo, maíz, soja y vaca para exportar. Es un concepto que nos han sabido meter en la cabeza pero que en la realidad está mucho más vinculado al trabajo humano.

La resolución 125 tuvo la virtud de mostrarnos cual era el grado de violencia hasta el que son capaces de llegar los terratenientes argentinos, y por el otro lado visibilizar a otros actores del trabajo de la tierra como por ejemplo al Mocase y a los otros pequeños productores, todos muy ajenos a esta lucha por las retenciones.
La 125 fue un gran susto para el modelo nacional y popular, pero fue también el detonante para una serie de debates y discusiones que permitieron visibilizar al otro campo, que el es verdadero campo, pero a los que estos actores le dicen “el otro campo”, que son el grueso de los productores agropecuarios, que tienen una distribución a nivel nacional y están en las peores tierras, pero producen con su trabajo humano la mayoría de los alimentos que consumimos los argentinos.
Siempre estuvieron ahí pero no eran vistos. De la mano de la 125 se trajo la discusión sobre la necesidad de un nuevo modelo de producción sustentable; que respete el medio ambiente; el trabajo humano y su la cultura. En ese sentido los movimientos campesinos como el Mocase, el Frente Nacional Campesino, el Foro de Agriculturas Familiares, que son miles de productores, cumplieron un papel fundamental de decir acá estamos.
Esa visibilización y el debate que se generó produjo que hoy podamos estar discutiendo abiertamente un tema que hace tres años era imposible.

Visibilizó que hoy puede ser una fuente de trabajo y rentable un tipo con un par de hectáreas criando chanchos.
Una fuente de trabajo es una persona. Hoy un productor agropecuario con un par de hectáreas; una explotación familiar; las instalaciones y la genética adecuada y con la sanidad adecuada, mantiene a una familia dignamente con un índice de producción mucho mayor que dos hectáreas de soja.

¿Qué apoyo les brinda el gobierno a estos productores?
Un grupo de productores que se junten en busca de un objetivo común, pueden acceder a aportes en conceptos de subsidios no reintegrables para la instalación; pistas de engorde; de siembra; de pastura, incluso para la materia genética. Hoy en la Provincia de Buenos Aires se están repartiendo, con la supervización sanitaria y técnica del INTA y de la Sub Secretaría, núcleos productivos, en caso de porcinos de cuatro o cinco cerdas, reproductor y toda la tecnología necesaria para que el productor pueda comenzar.
En el caso de cerdo Argentina es importador, la tasa de conversión de alimento en carne es tres kilo de comida un kilo de cerdo, en los vacunos es siete kilos de comida por uno de carne. Una cerda en buenas condiciones sanitarias y de manejo puede producir veinticinco lechones por año, lo que son dos mil kilos por año por cerda, lo que está dando muy buenas posibilidades a estas producciones.
Lo importante son las asociaciones para comprar el alimento en conjunto; comercializar en conjunto, y para esto está lo que nosotros postulamos que es la forma asociativa en pro de un objetivo en común.

El estado tiene una política de repatriación de científicos, ¿hay algo parecido en el caso de los compatriotas que alguna vez se hayan venido a la ciudad corridos por la hambruna y abandonando sus tierras para que vuelvan a sus lugares de origen con condiciones tales que les permitan prosperar en el campo de la pequeña producción agropecuaria?
Nosotros eso lo apoyamos y en ese sentido hay demandas individuales que son atendidas, pero pensamos que tiene que estar más relacionado a una planificación estatal porque la vuelta de esta gente a la producción implica que tenga los recursos suficientes para afrontarla. Lo estamos haciendo básicamente dándoles oportunidades a los jóvenes para que tengan su propia actividad apoyados por el estado para la transformación de su producción.

 
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