Nación – Día de la Militancia

Nos decían comunistas, porque decir Peronista estaba prohibido


Alejandra Heinze. Hija del militante peronista Otto “el alemán” Heinze, se refirió al trabajo de su padre desde el ámbito del partido al sindical y emocionada manifestó que sigue presente en cada lucha.

¿Contanos un poco quién era tu papá?
Era un peronista histórico, de la línea de Cooke. Estuvo a la cabeza de la resistencia peronista en Almirante Brown junto con Narciso Vásquez.
Micasa cuando yo era chica era prácticamente una unidad básica, eran los tiempos en que el partido estaba proscripto por lo que era muy peligroso. Ahí recuerdo haber conocido a Carlos Caride; a Gustavo Rearte y a mucha gente que era de la militancia.
Mi padre también fue la línea fundadora de la CGT de los Argentinos y siempre viajaba con Raimundo Ongaro al norte a hacer campaña, después se divide de Ongaro, caen presos y mi padre se exilia. Luego vuelve al país durante un tiempo en la clandestinidad hasta la amnistía de Cámpora, donde vuelve e trabajar en el Sindicato de los Trabajadores Gráficos, donde es intendente. El 16 de junio del ´76 lo secuestran y hasta hoy sigue detenido-desaparecido.

¿Qué recuerdos tenés de aquella última época?
Era un tipo con mucha fuerza y un líder. Me acuerdo que venía muchísima gente a mi casa a verlo.
En el fondo de la casa tenía una imprenta que se usaba para el partido.
Una vez salimos todos en los diarios porque habían encontrado panfletos en la casa, estaba en Rosales 1845 de Adrogué, y algunos compañeritos del colegio dejaron de hablarme o se alejaban.
No decían comunistas cuando él era un peronista histórico, pero era porque no podía decir “Perón”, porque era una mala palabra.

¿Después de que él desaparece, que apoyos recibieron?
Para mi fue muy dramático. Me tuve que ir del país con una nena de seis años. Aunque nunca había militado fui muy amenazada y mi casa muy vigilada. Fue toda una historia muy triste de mi vida y soy una víctima indirecta del terrorismo de estado. Hasta el día de hoy persiste toda la impotencia de haberlo perdido; de haberlo buscado y de no saber dónde esta, y encima que te persigan por una ideología política que fue lo que sucedió.
En el 2001 fui testigo en el juicio que se le hizo al represor Olivera Róvere, que junto con otros fue el responsable del secuestro de mi padre, que era la línea de Suárez Mason que ya estaba muerto. Le dieron una sentencia que todavía no está definitiva a prisión perpetua, pero ahora me vengo a enterar que la causa está en Casación y que este represor está en libertad hasta que se expida.

¿Cómo fue el tener un padre que está ausente y a la vez tan presente?
Presente hasta el día de hoy al igual que los 30 mil detenidos desaparecidos. Es la causa la que los mantiene vivos y hoy, gracias a Kirchner, es increíble como se está reivindicando la política e la Argentina.
La primera vez que me anime a volver definitivamente al país fue con Néstor Kirchner porque antes no le veía el sentido y honestamente también tenía miedo.

¿En los años del exilio, alguna vez pensaste que ibas a ver esta Argentina de hoy?
Nunca. Y cuando la veo con las banderas en alto, me emociono porque por esto luchó mi padre y todos los compañeros que perdieron la vida. Por esta Argentina y por este modelo, que aunque falte mucho es un modelo de inclusión que realmente lleva adelante la Argentina sin FMI. Esto es una reivindicación a la Patria porque el neoliberalismo lo que siempre hizo fue traicionarnos y someter al Pueblo.

 
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