“Hace diez años los jóvenes se iban a España y ahora quieren militar”

El historiador Norberto Galasso, autor de decenas de libros sobre el tema, se refirió a la postura de un grupo de intelectuales argentinos que abogó por la entrega de las Islas Malvinas; al cambio de paradigma en la juventud y los cambios provocados por el proyecto de gobierno de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.

¿Cómo ve la postura con respecto al tema Malvinas de este grupo de intelectuales enfrentados al gobierno?
Hay toda una tradición en la Argentina de una intelectualidad colonizada mentalmente, que en general ya no tienen mucha fuerza y tampoco la gente les da mucha importancia, que opinan como si fueran agentes imperialistas. Siempre buscando algún argumento como para decir que no hay que hacer nacionalismo. Argumentos sumamente flojos. Creo que no les ha dado mucha importancia el público en general a estos quince o diecisiete que aparecieron, algunos no muy conocidos y otros los de siempre. Creo que son irrelevantes del punto de vista de una fundamentación ideológica seria.

¿Hasta dónde puede llegar la oposición por la oposición misma?
Hay toda una tradición en eso, porque también en otras épocas han jugado ante las invasiones anglo francesas o durante el bloqueo francés hubo un grupo de intelectuales argentinos que jugaban desde Montevideo por los franceses, incluso Lavalle fue apoyado financieramente para que hiciera una incursión militar. En el ´45 y en el ´46 han pedido la intervención de la Naciones Unidas para impedir que Perón llegara al poder, diciendo que la liga de las naciones debía impedir que el fachismo se instalara en la Argentina, Victoria Ocampo; Borges; Bioy Casares. Es todo un mundo enajenado mentalmente, colonizado por la mentalidad colonial, producto de la historia mitrista; de la economía liberal; de una geografía de conocimiento enciclopédico, conocen de todo menos de lo que tienen que conocer. Conocen de literatura universal pero desconocen a los autores nuestros. Como decía Silvina Bullrich, el hogar para nosotros está en Europa y la Argentina es nuestra oficina, por lo que siempre están pensando en responder al hogar.
Borges decía más o menos lo mismo, que somos europeos desterrados, así que a mi no me extraña esto, si me llama la atención que cada vez son menos y salvo alguno que otro, que tiene cierto prestigio universitario o que salen en las tapas de La Nación como en el caso de la Sarlo, los demás no tiene relevancia como para integrarse a un partido o luchar por un proyecto, por lo que yo no les daría mayor importancia.

Una de las herencias de la dictadura fue la falta de politización de la sociedad, que hoy parece encaminada desandar esa situación. ¿Lo ve así?
El cambio se empieza a producir con las asambleas populares cuando el pueblo se indigna de lo que está pasando y sale a la calle. Después con la política que hace Néstor (Kirchner); los festejos del Bicentenario y especialmente la muerte de Néstor.
La actitud de Kirchner como un presidente trasgresor y militante, que se manejaba como cualquiera y que conversaba con todos; que andaba con el saco desabrochado. Todo esto rompió el escepticismo de la juventud. No nos olvidemos que hace diez años los jóvenes se iban a España; a Italia y hacían largas colas en las embajadas. Ahora quieren militar y buscan, a veces con dificultades, porque no estamos en la época que vivimos nosotros donde nos encontrábamos con Jauretche; con Puiggrós; con Hernández Arregui; con Ramos, en la década de los sesenta, que fue lo que derivó después en toda la marea social de esa generación de los setenta. Ahora esta el grupo de Carta Abierta que es importante pero faltan cuadros, porque muchos han quedado en el camino. Han matado a mucha gente, otros se han vuelto escépticos, han lavado el cerebro a otros.
Hemos pasado épocas de dictadura, otras donde el peronismo fue copado por las multinacionales, con Menem, pero la recuperación se ven en los jóvenes, que están queriendo hacer cosas, queriendo interiorizarse, no se creen cualquier pavada que se les diga, son críticos. En ese sentido creo que en toda Latinoamérica estamos en una época muy promisoria. En una época de cambio, de avance, de protagonismo popular, así que esto de la unión latinoamericana y al mismo tiempo la liberación de los pueblos está a la orden del día.

Hasta fines de los ´90 el ser militante era ser un atorrante, hoy se ha reivindicado la palabra. ¿Cómo influye para la salud de una sociedad democrática?
Es fundamental porque sino la Democracia está vacía. Sino es solamente una palabra, como la doctora Carrió que habla de que la Democracia son las instituciones, y las instituciones a veces funcionan como nuestra justicia que actúa muchas veces mal o como el Congreso el año pasado que era un desastre.
La Democracia esta dada por la calle, por el militante que toca timbre y lleva un volante; que discute y lleva ideas; que junta gente y nuclea a la gente del barrio. La Democracia es por abajo, es el protagonismo popular y eso es lo que se está dando y lo que ha provocado cambios en el sindicalismo y en la juventud.
Esto es un reaseguro con respecto a lo que puede pasar en un futuro. Ahí es donde está la base de todos los cambios que hay que llevar adelante.

Incluso con un cambio de dialéctica, como que se vuelva a hablar de “pueblo”, no de gente o de ciudadanos como se hablaba antes.
Esa es una concepción vacía de la Democracia, porque el ciudadano vota y se va a su casa, mientras que el candidato que votó, durante seis años hacía todo lo contrario a lo prometido, lo jodía realmente. Ahora es otra cosa, hay movimiento en los barrios; centros culturales; sociedades de fomento; sindicatos; clubes. Como decía José Hernández, para calentar el fuego tiene que ir por abajo, y con la Democracia pasa exactamente eso.

 
© Diseño producciones BM