Pasó lo que tenía que pasar

Como Menem, Carrió fue expulsada de la APDH por unanimidad

(28/10 - Agencia NOVA - Por Pedro Noel Romero) Elisa Carrió fue expulsada de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH) tras el voto unánime de la comisión directiva de este organismo al que la titular de la Coalición Cívica-ARI había llegado de la mano de su padrino político dilecto, el ex político socialista Alfredo Bravo.

Hasta este caso, la APDH sólo había expulsado a Carlos Saúl Menem cuando indultó a los represores de la dictadura militar 1975-’83.

Pasó lo que tenía que pasar. En política, la dirigencia está acostumbra a dar vueltas en el aire de forma permanente, por lo que es muy común el travestismo como sucedió con tantos que enarbolaron una idea determinada y terminaron en la vereda de enfrente; pero, en lo que tiene que ver con la causa por los derechos humanos, el valor testimonial, el ejemplo y la coherencia pone las cosas en su lugar cuando hay derrapes como el que protagonizó Elisa Carrió.

Cuando Lilita defendió con vehemencia inusitada el proyecto de obtención de muestras de ADN para identificar a posibles hijos de desaparecidos, en Agencia NOVA dedicamos el panorama del domingo 18 de septiembre a “El último e imperdonable desvarío de una política desesperada por ser portavoz de los multimedios” porque, sin que Ernestina Herrera de Noble se lo haya pedido, se puso la causa de los hijos adoptivos de la dueña del diario Clarín al hombro y hasta pareció querer inmolarse cuando bramó que “los hijos de Ernestina de Noble son nuestros hijos” en momentos en que, en la Justicia, todos los caminos están indicando que este sería otro caso de apropiación indebida de hijos de desaparecidos.

La crónica de las últimas horas, una vez conocida la noticia indica, que la Asociación Permanente por los Derechos Humanos separó a Elisa Carrió de la entidad por sus críticas al proyecto sobre la obtención de muestras de ADN para identificar a posibles hijos de desaparecidos.

Las críticas de Elisa Carrió al proyecto, cuya autoría intelectual es de Abuelas de Plaza de Mayo, obligaron a ese organismo, uno de los más antiguos del país en el área, a adoptar esa decisión que no contó con ningún voto en contra ni con alguna abstención.

En aquella conferencia de prensa del 15 de septiembre último, Elisa Carrió se exhibió enfurecida. Enceguecida por su odio a los K, mezcló todo, descarriló de forma sorprendente y desagradable para asumir un rol que a su propia tropa la hace concluir, como suelen decir legisladores y dirigentes lilitos y del GEN –hoy casi en la vereda de enfrente- que está “pirucha”: “El Gobierno utiliza la política de Derechos Humanos para presionar a un grupo económico", como es el Grupo Clarín. "Esto es fascismo puro", sentenció.

"Los hijos de Ernestina Herrera de Noble son nuestros hijos", exclamó, y usamos este verbo porque la titular de la CC-ARI se exhibió combativa y plena de ira, de furia, lejos de la coherencia que hubiera podido marcarla a fuego tras haber compartido largas charlas con su padre político –así lo consideraba- Raúl Alfonsín y su padrino dilecto Alfredo Bravo.

Sólo recordar que ese gran político que fue en vida Alfredo Bravo la llevó de la mano a la APDH torna incomprensible el camino que eligió cuando, alentada por asesores de imagen y cierto periodismo enrolado entre los comunicadores de la raza de dinosaurios, la llevaron a dar una vuelta en el aire, un giro de 180º de sus ideas para desvariar y derrapar de la forma en que lo venía haciendo hasta esa conferencia de prensa en la cual defendió a la Noble.

Fue su último vuelco. Imperdonable. Tanto que la Asociación Permanente por los Derechos Humanos acaba de echarla de su seno.

Apelemos a la memoria, sigamos rescatando lo que sostuvo en la conferencia de prensa que le valió esta expulsión de la APDH: “Que investigue la Justicia y que sea imparcial", enfatizó, a la vez que, como ya se señaló antes, acusó al kirchnerismo de utilizar "la política de Derechos Humanos para presionar a un grupo económico", como es el Grupo Clarín. “Esto es fascismo puro".

"Esta es una ley de persecución y me preocupa que en nombre de los derechos humanos se entre en la más feroz venganza fascista contra Ernestina Herrera de Noble. Los hijos de Ernestina Herrera de Noble son de todos”, exclamó Carrió.

“Esta ley no está dirigida a proteger los derechos humanos, sino que está dirigida a los hijos de la señora Herrera de Noble”, dijo Lilita. “El principio de la integridad y de la autonomía personal están por encima. Es una ley de persecución”, agregó.

Cabe recordar que la respuesta de Abuelas de Plaza de Mayo fue inmediata: “Esta señora está tan desprestigiada que dice barbaridades, confunde las cosas y, con tal de echar más leña al fuego, nos ofende”, dijo Estela de Carlotto, titular de esa entidad.

Los fundamentos de la APDH

La APDH evaluó y debatió sobre las declaraciones de la líder de la Coalición Cívica-Ari que refirieron a la supuesta “persecución” a Ernestina Herrera viuda de Noble, dueña del Grupo Clarín e imputada en una investigación judicial por la adopción irregular en 1976 de un niño y una niña, hoy adultos, que podrían ser hijos de desaparecidos.

La conclusión fue que “dadas sus declaraciones públicas, absolutamente incompatibles con los principios y valores de los derechos humanos, la mesa directiva ha decidido separar a la señora Carrió de esta institución”, señala el comunicado de la APDH, que copresiden Miguel Montserrat, la hermana Martha Pelloni y el obispo metodista Aldo Etchegoyen.

Consultado por el diario Página/12, Montserrat consideró que “con sus palabras, Carrió se pone en la vereda de enfrente de los organismos de derechos humanos, junto con los apologistas de la dictadura, los mismos que plantean el olvido y la reconciliación para convivir con criminales y torturadores”.

Agregó que el único antecedente de expulsión de APDH es el de Carlos Menem, separado cuando indultó a los represores que no habían sido alcanzados por las leyes de impunidad.

El proyecto que cuestionó Carrió se funda en argumentos de la Corte Suprema de Justicia y fue enviado al Congreso en el marco de un acuerdo de solución amistosa entre Abuelas y el Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Establece que si el presunto hijo de desaparecidos no accede a extraerse sangre para conocer su identidad, la Justicia puede ordenar la obtención de material genético por medios alternativos, como el secuestro de ropa o cepillos de dientes. El método ya permitió la identificación de nueve hijos de desaparecidos.

“Carrió ingresó a la APDH de la mano de Alfredo Bravo a fines de los ’90, cuando se formó el ARI”, recordó Etchegoyen. “Tenía un discurso relativamente progresista y hacía campaña levantando los nombres de Evita y (Leandro) Alem”.

“Luego giró hacia el centro y, en los últimos tiempos, tiene un discurso francamente de derecha, que culmina ahora tocando aspectos muy sensibles a los organismos y solidarizándose con Herrera de Noble, como si fuera una víctima”, concluyó Etchegoyen.

 
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